Bienvenida a la Comunidad Académica
Estimados colegas de la Educación:
En este editorial quiero reflexionar con ustedes sobre La Educación Formal y la Educación Tecnológica.
En el pasado, una visión polarizada las situaba a una en la antípoda de la otra, en una concepción dicotómica que nos acompañó por varias décadas, durante las cuales fuimos testigos de las más encendidas opiniones en favor de una en perjuicio de la otra.
No fue sino hasta hace poco que una visión fresca de la realidad nos mostró -y nos sigue mostrando cada vez con más crudeza- que la solución debe estar en algún punto, a mitad de camino.
Muchos adolescentes hoy señalan que aquello que están estudiando en la Educación Formal no les es útil para resolver situaciones de la vida cotidiana y por extensión para insertarse con éxito en la sociedad, y es ese estado de frustración el que conlleva a bajos índices de aprobación y los altos porcentajes de abandono de los estudios.
Por otra parte, la Educación Tecnológica comprometida con el desarrollo de habilidades, sigue ocupándose del “saber hacer”, pero ya no alcanza sólo con “saber hacer” porque la complejidad de la tecnología llegó a un punto en que entenderla es tan importante como saber utilizarla provechosamente, y para eso debemos fortalecer las propuestas desde las Ciencias Básicas.
En Uruguay en particular, la forma en que la Universidad Tecnológica ha encarado su cometido es una muestra de que también en el segmento de las carreras de Grado, debemos buscar equilibrios entre planes puramente academicistas y planes puramente técnicos.
En sus 45 años de existencia, TecnnoLabo ha provisto equipamiento didáctico para Aulas y Laboratorios en Uruguay y Argentina, y está comprometido con el asesoramiento y elaboración de Proyectos en Liceos, Institutos Tecnológicos y Universidades.